Yo creo que en el mundo de vez en cuando nace una persona especial, diferente, única; luego estamos todos los demás, Thierry Sabine sin duda fue una de esas personas especiales.
Recordemos que el París-Dakar, que forjó este genio, no era sólo una carrera de rally-raid, sino un modo de vida aventurera que marco y motivo a todo tipo de gentes. Por eso cuando su padre, quien la sucede tras su muerte, decide cambiar de recorrido, con el París-Ciudad del Cabo 1992, ya nada sería igual (Cuando hay cosas perfectas más vale no tocarlas).
Vendrían luego el Granada, Barcelona y Lisboa-Dakar, que si bien no se contaban con el glamour de París, por lo menos mantenian su esencia Sahariana.
Con el "Dakar Argentina-Chile" se me plantea un sentimiento ambiguo, por un lado pude disfrutar muy de cerca de esta mítica prueba, además la misma (prueba) recupero en Buenos Aires el atractivo que había perdido en España y Portugal. Pero por otro lado Perdió su parte más importante, el Sahara con sus lugares exóticos; por más que se quiera asimilar el Dakar a estos "Lares", convengamos que nada tiene exótico un gaucho o una vaca comparado con los Bereber y Toaregs con sus camellos, ni tampoco los oasis con un tajamar del campo argentino o chileno.
Pero lo que es peor, en una carta del Sr. Lavigne, publicada en la página oficial del rally, menciona que la prueba marco un alto índice de audiencia en la TV brasileña. Ya me veo venir se nos viene a Dakar Brasil, por Dios, si ya nos parecía absurdo un "Dakar Criollo", que decir de un "Dakar Carioca".
1 abrazo Tito, Uruguay